El próximo 20 de este mes, el histórico choque entre Bameso y Mauricio Báez se trasladará al Prudential Center de New Jersey. Un escenario de gran envergadura que marca un antes y un después para el baloncesto superior de la capital. Las expectativas están por las nubes: las boletas vuelan, la taquilla se mueve y todo indica que será un verdadero casa llena.
Hace no tanto, los torneos del Distrito se nutrían de la presencia de dominicanos residentes en el exterior, jugadores que marcaban diferencia y elevaban el nivel de la liga. Hoy, ese mismo puente migratorio vuelve a ser clave, porque hay un ejército de jóvenes que se desarrollan en los Estados Unidos y que representan gran parte de nuestro talento joven del aro y el balón.
La gran presencia dominicana en Nueva York aseguran el éxito y
el espejo está en el béisbol. La Serie de Titanes del Caribe dejó la lección: cuando se apuesta por internacionalizar, el público responde. La primera edición, con Tigres y Águilas, fue un éxito rotundo, a pesar de la incertidumbre y los riesgos propios de cualquier estreno. El deporte dominicano está entendiendo que la expansión no es lujo, es necesidad. Y el baloncesto ya decidió subirse a ese tren.
La Abadina también gana terreno. Este tipo de iniciativas la colocan en un plano de crecimiento real, más aún cuando ahora cuenta con un comisionado encargado de poner orden y regular pasiones dentro y fuera de la cancha.
En resumen: lo que veremos en New Jersey no será un simple partido de baloncesto. Será el inicio de una nueva epoca y una confirmación de que la pelota naranja dominicana ya rebota mas alla de las cuatro paredes del Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto