Es normal en los seres humanos dudar de todos y de todo. Cuando nombraron a José Monegro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, quizás algunos se pusieron escépticos.
No porque Monegro no tuviera la capacidad, sino porque cada persona tenía a su candidato para ese puesto.
Visto así, el reto de Monegro era doble:
- Hacer bien su trabajo.
- Ganarse la confianza de los olímpicos.
¿Qué ha pasado?
- Monegro ha actuado con transparencia, armonía y sin descanso.
- Se ganó la confianza del oficialismo, que es quien aporta el dinero, los olímpicos y los atletas.
- Y algo relevante: ha demostrado que no llegó a ese puesto para hacer negocios, lo hizo para aportar al deporte y al país.
Cuando se realizó la presentación de los juegos, todo el mundo quedó encantado. Incluso la vicepresidenta, Raquel Peña, quedó impactada con el buen ritmo del evento.
Lo que se observa es que todo el mundo está trabajando en la misma dirección, lo que garantizará el éxito del certamen.
Felicito a Monegro y le digo lo siguiente:
Yo siempre creí en él y apuesto a que hará historia en el 2026.
Lo que resta es que el guion de trabajo siga igual y ahora vamos a motivar a la gran fanaticada.
No olviden que este es un país de pelota, baloncesto, fútbol y un día, cuando corre Marileidy o juegan las “Reinas del Voleibol”, todo se paraliza.
Monegro debe crear un “comité de apoyo” con gente que visite todos los programas de radio y TV, periódicos y plataformas digitales para sazonar ese evento.
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