He tenido la fortuna de ser testigo de la carrera deportiva de Cristóbal Marte, de su entrega y pasión por el voleibol y lo lejos que ha llegado a nivel internacional.
Los dominicanos somos locos con nuestras “Reinas del Caribe” del voleibol, y gran parte de ese éxito se le debe a Cristóbal.
¿Cómo ha sido eso?
- Marte se enamoró del voleibol y convirtió esa selección en una potencia mundial.
- Cristóbal se ha preocupado por proyectar a esas jugadoras a nivel internacional.
- Se preocupa por la calidad de vida de las muchachas y de sus familiares.
¡Un propulsor deportivo ideal!
Con esa joya de trabajo en el país, el poderío de Cristóbal se ha extendido al extranjero. Tomado en cuenta por los más altos organismos internacionales, Marte da cátedras de calidad.
Es organizado, transparente y todos los años envía a la prensa un informe económico.
Él dice que se va pronto, pero eso lo dudamos. Nadie deja lo que le apasiona.
En lo inmediato, sigamos disfrutando de Cristóbal, el dirigente veterano que vive el deporte como un niño, que llora de emoción cuando gana y hasta cuando pierde.
¡Dios te bendiga, Cristóbal!
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