
En una liga donde cada batazo pesa, cada turno se analiza con lupa y cada noche se fabrica un nuevo candidato al estrellato, Cristhian Adames ha decidido algo simple: que esta sea la mejor temporada de su carrera. Y cuando un campeón de bateo, guante de oro, campeón nacional y dueño de más de 330 imparables en serie regular dice eso… es realidad respaldada por números que hablan duro.
El veterano de Los Mina no solo está produciendo: está dominando. Adames lidera el torneo en promedio de bateo 373 y OPS 949 Segundo en hits 38 Tercero en embasarse 429.
Y cuando el juego pide oportunidad, él responde: batea .333 con corredores en posición de anotar. suma 15 remolcadas, séptimo mejor de la liga. A eso se agrega su capacidad para mover la pelota a los canales: cuarto en dobles (8), segundo en slugging 510 y décimo en ISO 137
Su contacto fuerte subió de 18.6% a 26.7%. Sus elevados bajaron de 28% a 20%. Y apenas abanica el 22% de sus swings. Ese no es un jugador caliente: es un jugador en pleno dominio de su oficio.
Y si alguien cree que su valor termina en el cajón de bateo, está leyendo la mitad del libro. Su flexibilidad defensiva ha sido oro molido para el dirigente Gilbert Gómez. Adames ha jugado donde lo necesite el Licey:
• 13 juegos en primera
• 11 en tercera
• 6 en el campocorto
Un veterano de 34 años que produce como un joven en ascenso, y que se mueve como un utility premium sin perder elegancia ni enfoque. En un béisbol donde la palabra “valor” se mide en muchas dimensiones, “El Sobrino” aparece en todas las casillas.
Por eso hoy, sin rodeos: Cristhian Adames tiene números e impacto para ser considerado firmemente al MVP de la 2025-26.
No porque sea un pelotero de renombre. No por historia.
Por rendimiento. Por dominio. Por constancia.




