En un país de pelota y política, el béisbol nos une a todos. Y gracias a eso he tenido muchas interacciones con los presidentes de la República Dominicana.
Mi primera interacción fue con el presidente Joaquín Balaguer.
Lo conocí vía Sammy Sosa y me sentí altamente halagado.
Luego bromié mucho con el presidente Hipólito Mejía, a quien acompañé a Estados Unidos a un reconocimiento a Tony Peña y he visitado en su casa.
Compartí con el presidente Leonel Fernández durante la “Batalla de Jonrones” entre Sammy Sosa y Mark McGwire.
Compartí con el presidente Danilo Medina en Palacio y en la inauguración de unos Juegos Nacionales.
Con el actual presidente Luis Abinader he compartido en Palacio, en Santiago y el sábado en la Capital.
En este último encuentro, mientras saludaba la mesa principal, al verlo le dije: “Presidente, Licey campeón”. Y con sonrisa, el presidente me respondió: “No, Águilas campeón”.
Todo el que estaba al lado sonrió.
Siempre me llevo bien con todos los presidentes, partidos y funcionarios.
¿La razón?
Me limito a hablar con ellos temas deportivos, los cuales les apasionan a todos los presidentes que hemos tenido. El deporte, la pelota, baloncesto, boxeo, voleibol, fútbol y atletismo, nos une a todos.
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