Sammy Sosa fue un pelotero sensacional, popular, exitoso y un amigo leal. Yo puedo hablar de su amistad y calidad humana.
Durante “La Batalla de los Jonrones”, yo estaba recién nombrado como editor deportivo de HOY.
Le pedí que viniera a mi periódico y eso me consolidó como editor.
Luego me invitaba a sus famosos cumpleaños y fue padrino de una de mis bodas.
Compartimos aquí, en Miami, Chicago, Nueva York, en fin, en todas partes.
Luego de muchos años retirado del béisbol, con mucha frecuencia le escribo y le envío saludos.
Ha sido mi ídolo en el béisbol. No solo por las atenciones finas que me dio, sino porque el hombre fue espectacular en el juego.
Único jugador con 3 temporadas de 60 jonrones en Grandes Ligas.
Siete veces All-Star, Más Valioso, 6 “Bates de Plata” y conectó 609 jonrones.
Lo quiero de corazón.
Recuerdo todo esto porque este fin de semana llegará al Salón de la Fama de los Cubs de Chicago, allí donde disfrutó sus mejores momentos como jugador.
Lo que pasó, pasó, pero sus números siempre serán recordados.
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