La satisfacción más grande que le puede pasar a un padre en un juego de pelota es ver a su hijo pegándole a la pelota por terreno de nadie, realizando una espectacular atrapada o ejecutando un buen recorrido de bases.
Así opinan los padres de los niños que formarán parte del seleccionado de béisbol dominicano de la Academia La Javilla que representarán al país en el Torneo Latino de Pequeñas Ligas que se llevará a cabo en el país del 23 al 30 de junio de este año, contará con la participación de ocho países, y estará dedicado al administrador del Banco de Reservas, licenciado Samuel Pereyra y al pelotero miembro del Salón de la Fama de los Cubs de Chicago, Aramis Ramírez.
“A mí me ha tocado vocear como un loco al presenciar a mi hijo conectar un hit productor de carrera en un juego de pelota”, dijo emocionado Enmanuel Reyes, padre de uno de los niños accionarán en la justa.
Aunque fue claro al decir estar consciente que primero que el béisbol están los estudios. “Me encanta verlo jugar béisbol, pero siempre le aconsejo que no debe descuidar su escuela, ya que los estudios son el plan A y la pelota el plan B”, afirmó.
De su lado, Wander Familia señaló siempre le explica a su hijo Alexander que debe estudiar ante que todo, ya que la pelota es frágil, por lo que cualquier lesión lo saca de béisbol. “No son ni uno ni dos los jugadores que han visto tronchar su carrera por una lesión, y en algunos de los casos con el pasar de los años quedan en la miseria” señaló.
Con relación a momentos inolvidables por actuaciones de su hijo en el terreno de juego dijo que:” A veces en ocasiones he querido entrar al terreno para ayudarlo a correr las bases, pero como sabrá no he podido. Pero en otras he querido hasta pelear con otros fanáticos por no estar del lado del equipo de mi pequeño”.
Mientras que Ramón Liberato, padre del pequeño campo corto, explicó estar contento con la formación académica de su hijo, ya que nunca ha tenido obstáculo a la hora de ser promovido de curso por sus calificaciones sobresalientes. “No tengo palabras para explicar en cuanto a la bendición que Dios me ha dado con mi pequeño hijo”, dijo.
Sobre el seguimiento que siempre le ha dado en su actividad preferida del béisbol, señaló es su gran admirador. “Cada logro de él es un logro mío”, manifestó emocionado.
Mientras que las madres Tanía Reynoso y Isais Inoa fueron aún más lejos al narrar que en ocasiones se tiraron al terreno abrazar y besar a sus hijos luego decidieran partidos con sus batazos, además de romper con el protocolo de la tranquilidad en las gradas al tocar la cornetas como una loca. “No tenemos palabras para explicar la alegría que sentimos las madres al ver nuestros hijos pega un batazo”, afirmaron.